AMADA
MÍA
Qué bien te siento, amada mía,
en el lecho caliente de fantasía.
Me eres informe e inmensa,
no de cuerpo, sino de alma,
en el espacio que empalma
las almas de la inmanencia…
Me invade, amor, ante la vida
que eternamente nos liga
al que mutuamente soñamos…
Es ahí que brilla un solo ser
y el cielo tiene el amanecer
de luz del amor que somos.
Mientras
de otros ojos te veo,
relájame y estimula el deseo,
no de poseerte, sino de amarte
en el divino y sagrado lecho
donde la noche abre mi pecho
y el cielo se decora de arte...
Diosa, sale de dentro de mí
en sólo un amanecer de ti
y me saborea en tus labios.
No importa en qué cuerpo vengas,
pero viene, desnuda de leyendas,
y despierta mis ojos sabios...
Orlando Faias
Reservados los derechos de autor - O. A. F. M.
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