AÑORO
Añoro los
días de verano
en playas
de doble contentamiento,
caricias
de una a otra mano,
besos de
uno a otro sueño
en la
contemplación del tiempo…
Añoro el
perecedero del sol
y la
reanudación de la luna
entre el
dudoso azul del cielo
y la
mordedura del ávido anzuelo
del deseo
perdido en la bruma…
Y añoro
todo lo que pasaba
al nacer
de un nuevo día,
el anciano
que nos saludaba
y el pobre
mendigo que soñaba
con lo que
de nosotros sentía…
Añoro
todo lo que se perdió
entre ser
y nunca haber sido,
la
esperanza que se murió
retoñando
en nunca ser yo
el
disoluto en el olvido…
Orlando
Faias
La
añoranza es un sentimiento que nos confunde entre la realidad y los
sueños, entre lo que se pasó y lo que no se pasó... Es como añorar
aquellos tiempos donde vivimos y soñamos, sintiendo añoranza por lo
que vivimos y por lo que no vivimos, por la realidad que pasó y por
los sueños que pasaron sin ser realizados.
Muchos
de mis poemas se refieren a la añoranza, a este sentimiento que se
diluye dentro de mí, en lagrimas que yo no entiendo, llorando por
lo que viví y por lo que no viví como si lo hubiera vivido. Es un
lloro inútil, porque lo que viví no lo voy a vivir más, y lo que
no viví en aquel tiempo fueron los sueños que pasaron en el vano de
la vida, y que ya no pueden ser restaurados...
Después
de esos sueños fueron surgiendo otros que no
pasaron de sueños, que se quedaron en el olvido, en ese vano que hay
entre la realidad y los sueños, pero que no deja de ser una realidad
que hace parte de mi propio ser. Es esto que me hace sentir añoranza
por cosas que no viví, y sentirlas como si las hubiera vivido y
perdido...
Orlando
Faias
EN VANO
Todo lo que soñé
se quedó en medio de ser.
Recuerdo que olvidé
lo que no llegué a tener.
Pero mi añoranza
es de lo que pasó en vano
entre la esperanza
y lo que tenía en la mano…
Lo que tuve perdí
y lo que no tuve se quedó
donde no me vi,
con quien no fui que pasó…
¿Quién yo fui?
Quien me diera saberlo…
Dentro de mí fluye
un ser que no sabe serlo…
Ni siquiera sé
qué fue que perdí…
Vida que ignoré
y sueño que nunca vi…
¿Será dolor o no
lo que estoy sintiendo ahora?
Llora mi corazón
y no sé por lo que llora.
Orlando Faias
SENSACIÓN
Sentado en unas escaleras,
lejos de lo que ha sido
haber sido esperanza,
¿qué aire entre fronteras
me yergue del olvido
y me trae semejanza
de algo indeterminado?
No me rindo ni me convenzo.
Me invade una sensación
de haberme en el recomienzo
de un sueño atravesado
entre el alma y el corazón…
No sé si es el paisaje
que me alegra por dentro
o si es el alma indecisa…
Siento un aire de coraje
de remover el tiempo
y reencontrar la sonrisa:
aquella sonrisa juvenil
del inicio de abril
que el alma cultiva
cuando el sol se aproxima
y la flor de la vendimia
brota del suelo viva,
como si un nuevo año
me diera un nuevo sueño
de una mejor cogida
y el olvido del alma
me diera toda la calma
que nunca me dio la vida…
AMOR
DE TUS OJOS
Entre la montaña y el monte
nacieron tus ojos con la esperanza
de alcanzar su brillo interior,
extendida tu mano al horizonte
como quién cree que alcanza
lo que sueña por amor.
Tu beso dulce por la mañana
fue en mi una ilusión
como nunca más sentí
entre el brillo de la montaña
y el latir del corazón
palpitando sólo por ti...
Tus ojos se fueron con la noche
entre el brillo del horizonte
y el desaliento de mis ojos,
y sentí el viento azote
soplando entre el monte
y la razón de mis sueños...
Hoy te busco en el monte
y pregunto al horizonte
por el sentido del destino,
llorando por el amor
que nació de una flor
desierta en mi camino.
No
fue por timidez
que te renegaste al deseo
sino por prejuicios morales,
tradiciones del pueblo,
costumbres del hogar
y pensamientos ajenos...
Viste pasar mi mirada
entre el tiempo y la hora
en tu ventana entre abierta;
retrasaste tu sonrisa
y suspendiste el deseo
dentro de tus ojos...
Ignoraste mi gesto de amor
cuando te llamé de mis ojos,
y seguiste soñando
en tu ventana entre abierta,
en tus ojos muy lejanos,
olvidados, en sueños del mar,
donde me soñabas
consolándote de fantasía...
Y seguiste soñando,
en tu ventana entre abierta;
te quedaste en tu nido,
esclava de la costumbre,
sosteniendo el deseo,
recelando a la noche
e ignorando el sol
que me iluminó de vida...
que te renegaste al deseo
sino por prejuicios morales,
tradiciones del pueblo,
costumbres del hogar
y pensamientos ajenos...
Viste pasar mi mirada
entre el tiempo y la hora
en tu ventana entre abierta;
retrasaste tu sonrisa
y suspendiste el deseo
dentro de tus ojos...
Ignoraste mi gesto de amor
cuando te llamé de mis ojos,
y seguiste soñando
en tu ventana entre abierta,
en tus ojos muy lejanos,
olvidados, en sueños del mar,
donde me soñabas
consolándote de fantasía...
Y seguiste soñando,
en tu ventana entre abierta;
te quedaste en tu nido,
esclava de la costumbre,
sosteniendo el deseo,
recelando a la noche
e ignorando el sol
que me iluminó de vida...
Orlando Faias
MEMORIA
Memoria, que me rememoras
en un reencuentro sin rostro,
no sé si sonríes o si lloras
por quién yo no reconozco…
Me confundes en una alameda
donde soñé sin poder ver
y te entretienes con leyendas
donde sueño sin poder ser.
Memoria, que me contentas
con artificios de quimeras,
no te acuerdes de tormentas
que entristecieron primaveras.
Ser feliz es nada saber
sobre lo que me entristece
y yo quiero ignorar y ser
lo que feliz me parece.
Memoria, que me sonríes
con lo que no se pasó,
permite que yo sea feliz,
aunque no sea yo…
Orlando Faias
MEMORIA
Memoria, que me rememoras
en un reencuentro sin rostro,
no sé si sonríes o si lloras
por quién yo no reconozco…
Me confundes en una alameda
donde soñé sin poder ver
y te entretienes con leyendas
donde sueño sin poder ser.
Memoria, que me contentas
con artificios de quimeras,
no te acuerdes de tormentas
que entristecieron primaveras.
Ser feliz es nada saber
sobre lo que me entristece
y yo quiero ignorar y ser
lo que feliz me parece.
Memoria, que me sonríes
con lo que no se pasó,
permite que yo sea feliz,
aunque no sea yo…
Orlando Faias
VAGO
APEGO
No sé si es sueño o realidad
que dentro de mí siento…
Dudo si ha sido verdad
lo que añoro indistinto.
Pero me acuerdo de ti,
de tus cabellos al viento,
de los besos que te di
al ritmo fugaz del tiempo.
Todavía te rememoro
en panoramas desconocidos;
promiscuamente te añoro
en unos brazos convertidos…
Y soy yo que te abundo
en suave lecho de entretener,
y cada vez más me confundo
en lo que abdiqué de ser.
Lo que yo fui (no te miento)
no me duele en este momento;
lo que me duele es lo que siento
que no fui en ese tiempo…
EN
EL MISMO LUGAR
Estuve en el mismo lugar
donde te amé otrora
cuando el sol vino a besar
la presencia de tu demora.
Los pájaros sobre mi cabeza,
marcando su territorio,
extrañaron mi desavenencia
y clamaron por mi velorio.
Aún miré alrededor de mí:
vi que no estaba equivocado,
y luego medité y entendí
que no era allí el pasado…
Me perdí de la tarde amena
y de la idea que se me pasó.
Tu nombre se fue de la arena
y todo el viento llevó…
Qué ilusión querer encontrar
tu nombre en la tolvanera
donde allí, en el mismo lugar,
hube sido yo la frontera.
Tu nombre escrito por mí:
amor con sabor a tierra…
No es allí, no es allí;
es
en mí que todo se encierra.
Orlando Faias
Realmente más leo...más me emociono...y sobremanera al ver como un hombre posee tanta sensibilidad...y modo de expresarla...sentimientos que equivocadamente creemos en las mujeres solamente, quizá porque culturalmente en los hombres es tomado equivocadamente como un rasto de debilidad debido al falso machismo social. Muchas gracias, por cada palabra por cada verso. Muchísimas gracias.
ResponderEliminarGracias por tu comentario muy dedicado a las mujeres.
ResponderEliminarRealmente me asomo mucho sobre las mujeres, en mi inspiración
y en mis expresiones, pero no en la parte negativa
entre mi y las mujeres.
Es verdad que mi sensibilidad domina mi poesía,
pues lo profundo viene de mi sensibilidad,
así como mi simplicidad se mezcla con mi sensibilidad.
Pero no llegué a entender bien a lo que te refieres
cuando dices que los hombres creen en las mujeres
equivocadamente. Yo creo que no estoy equivocado
relativamente a las mujeres, así como estoy muy lejos
del llamado machismo.
De cualquier de las formas, agradezco tu comentario.