TU AUSENCIA
Quieres
que te hable de hoy,
de cómo vivo, de cómo estoy,
de la luz en mi alrededor,
de los besos que no te doy,
de la ausencia del amor.
de cómo vivo, de cómo estoy,
de la luz en mi alrededor,
de los besos que no te doy,
de la ausencia del amor.
Quieres
que te hable del momento
y que no te haga recordar el tiempo
que fulmina el espacio del alma.
Quieres que te hable del viento
y de un poema que te empalma
y que no te haga recordar el tiempo
que fulmina el espacio del alma.
Quieres que te hable del viento
y de un poema que te empalma
al
deseo que te alude y enriquece
de sueños coloridos de amor…,
y huyes de la piel que te envejece
y buscas el sueño que amanece
en el silencio de tu esplendor.
de sueños coloridos de amor…,
y huyes de la piel que te envejece
y buscas el sueño que amanece
en el silencio de tu esplendor.
Quieres
que te hable de palabras
que yerguen las cosas que te encantan
y que yo sea el rey de las hadas
y el verde jardín de las esmeraldas
y los pájaros que en ti cantan.
que yerguen las cosas que te encantan
y que yo sea el rey de las hadas
y el verde jardín de las esmeraldas
y los pájaros que en ti cantan.
Quieres
que yo te sea inminente,
que sea tu diverso ángel promiscuo
que surge en tu espacio inherente.
que sea tu diverso ángel promiscuo
que surge en tu espacio inherente.
¿Cómo
puedo yo ejercer todo esto
si, mirándote a los ojos, frente a frente,
tú estás ausente? – Yo no existo.
si, mirándote a los ojos, frente a frente,
tú estás ausente? – Yo no existo.
Orlando Faias
TU AUSENCIA
ResponderEliminarQuieres que te hable de hoy,
de cómo vivo, de cómo estoy,
de la luz en mi alrededor,
de los besos que no te doy,
de la ausencia del amor.
Quieres que te hable del momento
y que no te haga recordar el tiempo
que fulmina el espacio del alma.
Quieres que te hable del viento
y de un poema que te empalma
al deseo que te alude y enriquece
de sueños coloridos de amor…,
y huyes de la piel que te envejece
y buscas el sueño que amanece
en el silencio de tu esplendor.
Quieres que te hable de palabras
que yerguen las cosas que te encantan
y que yo sea el rey de las hadas
y el verde jardín de las esmeraldas
y los pájaros que en ti cantan.
Quieres que yo te sea inminente,
que sea tu diverso ángel promiscuo
que surge en tu espacio inherente.
¿Cómo puedo yo ejercer todo esto
si, mirándote a los ojos, frente a frente,
tú estás ausente? – Yo no existo.
Orlando Faias