YO Y
YO…
¿De qué miradero tan increíble
veo todo a no acontecer?...
¿Será la memoria tan
previsible
capaz de verme a no ser?...
Ay, ese ser de aire de nada
aún lo veo a volar
abandonando mi mirada
en el olvido de olvidar.
Es a ti, “Yo”, que me
refiero,
si deberé llamarte “Yo”,
ajeno sueño que admiro
donde no estoy ni soy…
No
te miento ni puedo,
porque eres ente conmigo.
Si te vas, vuelves luego,
o soy yo que voy contigo…
Estás siempre despierto,
o soy yo que despierto en ti
ya con el libro abierto
en la página que escribí…
Eres como un dios
que respeto y atiendo.
De uno somos dos,
pero ninguno entiendo.
Pues el camino vago
que va de mí a ti
es más nada que un trago
de vino que no bebí.
De mí,
nada tengo;
de ti, dime: ¿qué más me
queda?
Un sueño que contengo
y una vida que me lo niega,
como otros que volaron
de promesas del olvido
y que penas dejaron
en sendas sin sentido.
Si eres tú el ser que soy
ante esta mi mirada,
mi corazón te lo doy,
y guárdalo en la nada…
Si soy
yo el ser que eres,
no me esperes en tu cielo,
que, por mucho que esperes,
no sé cómo podré serlo…
Es que ser uno y otro
es muy complicado.
En mí, me quedo absorto;
en ti, me quedo alado…
Es como todo en nada
y nada en todo…,
un mundo en la mirada
dentro de otro mundo…
Orlando Faias
Reservados los derechos de autor - O. A. F. M
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